Querido Tú:
Soy tu cuerpo, he decidido escribirte estas palabras porque
ya no puedo más. Debes darte cuenta del daño que me estás haciendo, tú y tus
pensamientos, tus emociones y tus “ya se pasará”. ¿Cuánto tiempo ha pasado
desde ese último “ya pasará”?
Debes escucharme, es muy importante que lo hagas ahora que
aún puedo expresarme, todavía podemos cambiar el rumbo.
Sé todo de ti, porque todo lo que te pasa me afecta, sé lo
que te costó acabar el último año de colegio, se las secuelas que te dejó, la
confusión, la indecisión de no saber qué paso dar a continuación, LA PRESIÓN,
trabajas bajo demasiada presión y es porque TÚ la impones querido Tú. Que sepas,
que eso puedes cambiarlo.
Sé también cómo fue tu primer desengaño, tu primer desamor,
las lágrimas que vertiste, el daño que se quedó anidando en las profundidades
de tu ser, no puedes seguir viviendo en el pasado querido Tú, ni en ese desamor
ni en otros que has pasado.
Sé cómo te costó formarte en algo que no conocías, en lo que
no creías y que a día de hoy no te ha aportado nada, lo sé. Pero también sé que
día a día das gracias por haber conocido
gente tan interesante en esa etapa de tu vida, sé lo que reíste, lo que
aprendiste y lo que creciste, y a veces se te olvida.
Sé que llevas un tiempo por los suelos, arrastrándote, pero
aun así, ¿no ves que sigues avanzando? ¿No ves que aunque no sean pasos
agigantados aprendes cada día? ¿no ves que sigues conociendo gente
maravillosamente interesante que te aporta lo que nunca creíste que te
aportarían?
A veces no recuerdas esas cosas, querido Tú…y me gustaría
recordártelas.
Me gustaría recordarte que después del último año de colegio
superaste con creces una prueba que pensabas perdida, me gustaría recordarte
que tras el primer desamor llegó una nube oscura, pero acabó pasando, como
acaba pasando todo, y llegó el sol, y mejor que nunca.
Me gustaría recordarte que tras años de sembrar esfuerzo y
que no dieran fruto, siempre tuviste ahí a alguien que te dio aliento cuando te
faltó, que te dio ánimo cuando lo veías todo sin color, que te tendió una mano
cuando caíste, y que no importaba cómo reaccionaras tú, siempre estarían ahí.
(Sé que has llorado por haberles hecho daño, y que pides perdón una y mil veces
al cielo pensando que ellos te oyen, quiero que sepas que sería mucho mejor
decirles con palabras lo que sientes, pero que ellos te perdonaron hace mucho,
que ahora sólo queda que te perdones tú.)
Me gustaría recordarte que varias veces has destacado por
encima de los demás, aunque nunca te creas que mereces los halagos que te
brindan, aunque creas que estás muy por debajo de las expectativas de los
demás, tú te has demostrado que cuando quieres, es así, sólo te falta acabar de
creértelo.
Me gustaría recordarte que sé que cuando leas esta carta
llorarás, porque sabes que tengo razón, yo...tu cuerpecito, ese que JAMÁS te
abandonará, el que te acompaña en el camino siempre, el que está contigo en las
buenas y en las malas, sabes que tengo razón pero algo te impedirá decir en
alto “Sí, todo lo que he pasado me ha hecho aprender y ahora soy mejor”, lo sé,
pero también sé que llegará el momento en que te liberes de esas cadenas, que
se llaman miedo, por cierto, y por fin verás todo como realmente es, querido
tú.
Sé que me cuidas, pero me gustaría que me cuidaras un poco
más, porque me afecta todo lo que piensas antes de dormir, me afecta todo lo
que sientes cuando te empapas de la realidad… que a veces no es como la ves,
querido Tú; me gustaría que me quisieras un poco más, porque sé que eso será el
paso definitivo para la perfecta simbiosis, para la paz. Recuerda lo bien que
estamos cuando tus pensamientos están en orden, recuerda que la emoción es
temporal, recuerda que te apoyaré en todo, pero que a veces me resiento
demasiado y no respondo como te gustaría… ayúdame, no puedo con esto solo, y
llevamos demasiado tiempo con el “Ya se pasará”.
Sonríe cada mañana, sonríe en cada pensamiento y sonríe en
cada emoción, aleja de ti todo lo que nos hace daño, porque sólo así llegaremos
hacia donde llevamos remando desde que nacimos… ALGÚN LUGAR, ya te preocuparás
de que esté bien decorado o no cuando lleguemos. No puedo hacer esto sin ti, al
igual que tu sin mí tampoco… echo de menos como éramos antes, nos entendíamos
mejor, pero no lo doy por perdido, querido tú, simplemente te escribo para
hacerte saber mi sentir, y porque sé que así te ayudaré.
Confío en ti, tengo la esperanza que a ti te falta, de que
llegaremos a un estado mejor, quizá no sea la perfección, pero será nuestra perfecta
imperfección, como siempre hemos querido.
Te quiero, querido Tú, siempre lo supiste,… me gustaría que
más asiduamente me dijeras a mí lo mismo: TE QUIERO. Y lucharemos juntos hasta
el fin de nuestros días.
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